Sin pretender dar lecciones o enseñar nada, tengo ganas de compartir cinco céntimos de mi nacimiento como madre, que afortunadamente y gracias a esta mujer imparable que es Laura Gutman, devino de una forma muy distinta a la que yo había previsto.
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Un poco de mi historia personal
Antes de nada me gustaría explicaros que soy algo así como coleccionista de títulos y mi primera carrera, por la que sentía una profunda vocación, es psicología.
Dentro del mundo de la psicología hay muchos paradigmas, teorías y vertientes, pero mi formación universitaria principal se basó en el paradigma cognitivo-conductual (si lo relacionamos con temas de educación y crianza, vendría a ser el modelo de la famosa Supernanny)
Cuando acabé la carrera me dediqué un tiempo a recursos humanos, después a proyectos de inserción sociolaboral y finalmente comencé a hacer lo que quería de verdad que era psicología clínica (infantil, juvenil y adultos) y educación, por lo que hace ocho años monté un centro privado con una socia y ese fin.
Al año de montar nuestro primer local con solo dos salas de consulta, ya tuvimos que crecer abriendo otro centro nuevo en otro municipio y a los dos años siguientes, ampliamos el primero por otro mucho más grande, con cinco salas de consulta simultáneas.
Con todo esto quiero decir que desde hace tiempo he trabajado con padres, madres, familias, colegios, siendo el principal motivo de consulta que me llegaba el de problemas de conducta en los niños y quejas, muchas quejas por parte de los padres. En mi trabajo como terapeuta utilizaba las técnicas que entonces había aprendido como: el refuerzo positivo, establecimiento de normas y límites, la economía de fichas, el tiempo fuera,…
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En pocas palabras, era la más supernanny que te puedas imaginar. Aunque tengo que decir que con el tiempo me di cuenta que las técnicas que utilizaba (y utiliza supernanny en todos sus programas de televisión) si bien funcionaban en un primer momento, eran muy difíciles de mantener y de generalizar, y sospechaba que me quedaba solo en la superficie del problema, sin ver realmente el porqué ese niño/a tenía la necesidad de mostrar aquella conducta “indeseada”.
Y me convertí en madre…
En fin, con ese panorama me quedé embarazada en 2009, pensando claro que estaba preparadísima para ser madre (qué ilusa).
Mi intención inicial era atravesar un parto anestesiado (nada de sentir por favor), dar biberón que era lo más práctico e incluía al padre (en honor a la verdad eso de la teta me parecía hasta vulgar.
Es cierto, ahora lo pienso y digo ¿esa era yo?), tener a la bebé en su propia habitación desde poco después de nacer (el porteo y el colecho para los primates, y le monté un cuarto divino con una cuna de diseño, el carrito más caro del mercado,…), utilizar el método Estivill para enseñarla a dormir,…
Bueno, esas cosas…
Cuando el destino te muestra la información que necesitas…
Por suerte para mí aquel año conocí a Joa, maestra y compañera del colegio en el que estuve destinada ese año (por las mañanas trabajo de maestra). Ella, siendo madre, no compartía mi postura, y con mucho respeto, un día me dejó unas fotocopias del famoso libro de Laura Gutman (a partir de ahora LG) “La maternidad y el encuentro con la propia sombra” y me mandó el link de una entrevista que le hizo Julia Otero a LG en Onda Cero (es una pena que ya no está disponible en su web) y en cuanto la leí y la escuché, algo en mí se removió.
El primer libro suyo que compré fue el que publicó entonces “Mujeres visibles, madres invisibles”, donde LG a través de una serie de preguntas y respuestas explicaba cosas muy claras sobre maternidad, parto, lactancia, crianza, familia,… Me cautivó, y me abrió la puerta como a un mundo nuevo y totalmente desconocido para mí, el de la maternidad consciente.
Así fue como conocí a autores que a partir de entonces leí, busqué y me cambiaron: Françoise Dolto (con quien estudió LG en París), Michel Odent, Jean Liedloff, Casilda Rodrigañez, Evania Reichert,…
Conocer la obra de Laura Gutman fue para mí muy revelador, profundo y transformador como madre. Con decirte que Sunflower colechó (no estrenó su cuna, la vendimos nueva y el que entonces era su cuarto de bebé ahora es el despacho, eso sí con un mural marino monísimo), se crió en brazos y tomó pecho hasta los tres años, puedes hacerte una idea del gran cambio que me supuso.
Aún así, a pesar de todo lo que leí e investigué sobre la maternidad consciente, no acabé de entenderlo hasta que lo viví, y lo sufrí, en primera persona.
El reto de la crianza de un hijo/a no es tan solo la crianza en sí misma, que ya de por sí es la cosa más difícil y de mayor responsabilidad a la que tendremos que enfrentarnos nunca como madres, el auténtico reto es lograr entender qué aprendizaje trae a tu vida ese bebé.
Porque cada niño que llega al mundo es portador de un mensaje profundo para su madre (y su padre claro). Si ella está dispuesta a recibirlo y comprenderlo, necesita otro ritmo, diferente al que estamos inmersos en nuestro día a día; Implica escucha, calma, quietud, conexión con una misma y con esa nueva alma cargada de amor y de pura emoción que depende de nosotras (lo que LG denomina Fusión Emocional).
Antes de ser madre de Sunflower, y a pesar de mi formación, mi experiencia y bla, bla, bla,… esto que acabo de explicar me sonaba a chino, literalmente. Por más abierta que pudiera tener la mente, no estaba preparada para entenderlo, ahora me doy cuenta.
El proceso de transformación que he sufrido desde que nació, me ha atravesado por la mitad hasta llegar a lo más profundo de mí, haciéndome bailar con mi sombra y abriéndome paso a un camino de maduración y de desarrollo personal que no me esperaba.
Y como dice LG, cuando uno empieza a ver, no puede dejar de ver. Y en eso estoy, viendo, viendo partes de mí misma, que mi hija me va enseñando día a día y por lo que no puedo más que estarle agradecida.
Lo que quiero decir con todo esto, es que un hijo/a es una oportunidad para atravesar una puerta interna que se abre y descubrirse, para luego poder sentirte más completo y conectado con el ser esencial de cada uno. Atravesarla o no atravesarla ya depende de cada cual, pero una cosa sí que me atrevo a decir, hace falta valor y amor, mucho amor.
Y me formé con Laura Gutman…
Mi aventura con LG no se quedó ahí. A partir de que la leí, fui a verla a conferencias, me leí todos sus libros (como puedes ver en la foto de cabecera los tengo todos) y cuando hace tres años dio la oportunidad de hacer formación profesional en Barcelona, allí que nos fuimos todos (F., Sunflower y yo) cada tres meses para que yo pudiera asistir a los seminarios.
Desde entonces, he estado asistiendo a todos los encuentros para aprender y perfeccionar la metodología de construcción de la biografía humana, en la que ella basa su teoría. Aquí me puedes ver presentando un caso en Barcelona (las fotos las he recuperado de su facebook y la verdad no son muy buenas, sorry).
Por lo que el cambio personal también lo proyecté a nivel profesional, donde pude encontrar mi auténtico lugar como terapeuta, sintiendo que hacía mi trabajo mejor y más profundamente.
Así que sí, Laura Gutman es para mí algo así como una especie de heroína. Si no la conoces y te apetece leer o indagar algo sobre ella, te invito que visites su web, donde cuelga vídeos, entrevistas y artículos muy interesantes.
Y acabo con algunas frases suyas:
Los bebés no crecen solo por la cantidad de leche que ingieren, sino también -y sobre todo- por el contacto emocional con la mamá.
Si un bebé padece la ausencia de una necesidad básica, crecerá reclamando eternamente eso que no obtuvo.
El puerperio es una apertura del alma. Un abismo. Una iniciación. Si estamos dispuestas a sumergirnos en las aguas de nuestro yo desconocido.
Esta es la tarea de cada ser humano: atravesar la vida terrenal en busca de su propia sombra, para llevarla a la luz y caminar el propio sendero de sanación
10 respuestas
hola! muchas gracias por este post. me ha encantado, gracias a mi hijo he descubierto a montessori y la diwciplina positiva, ahora he leído tu post :). me podrías reomendar un libro de Laura G. para comenzar?? mi hijo tiene 10 meses. gracias
lastima que estes defendiendo a alguien que defiende la pedofilia
«Porque rasgarnos las vestiduras proclamando que el abuso sexual es algo horrible e inhumano y que todos los violadores tienen que ir a la cárcel, está muy bien pero no sirve para nada»
Esas son palabras de LG. En ningún momento defiende o justifica la pedofilia, más a lo único que se refiere es a que un adulto que abusa de menores es porque seguramente él tambien fue abusado en su infancia, o bien, sufrio muchos tipos de abandono y mal tratos, lo que le genera un trastorno emocional tan grande que termina cometiendo «aberraciones» en la búsqueda de «sanar» su tristeza emocional… es de alguna manera un tanto subconsciente y no totalmente consciente. Y realmente, la solución a terminar digamos, con el problema de la pedofilia, no es encarcelar a quienes cometen el acto contra el menor, sino más bien, el poder brindar como sociedad y como sistema un tratamiento que «cure» esas heridas emocionales de la infancia para entonces el adulto no busque con fijación sexual el amar a un niño/a. Realmente, el encerrar a alguien por eso es atacar el problema de manera superficial y no de raíz.
Si usted, señor, realmente ha leído a Laura Gutman, podrá comprender un poco mejor esas palabras y no mal interpretarlas, dejándose llevar las opiniones que las personas escriben en sus redes sociales.
Siento mucho el malafortunado comentario anterior, quién ha leído y seguido a LG sabe que esas acusaciones son falsas pero en fin… Te felicito por esta entrada, refleja claramente lo que los profesionales de la salud mental realizan en su día a día sino han querido o sabido o podido desaprender lo aprendido como lo has hecho tú. Los que llevamos años realizando terapia de la corriente de LG agradecemos que l@s psicólogo@s actuales se enfrenten a su propia historia de esta manera, para ayudar a que el resto nos enfrentemos con la nuestra. Un fuerte abrazo!
Hola muchas gracias por compartir tu camino y así iluminar un poco el de quiénes te leemos!!
Hola! Te sigo hace un tiempito y me animo a comentarte porque a mí LG también me ha cambiado.
Me veo muy clara y muy furrte en seguir mi instinto con la bebé más allá de los bombardeos más o menos sutiles externos y me veo preparada y abierta a la enseñanza que mi pequeña me haya venido a traer.
Gracias por tus posts!!
LG me ha cambiado la vida. Junto a Soledad de lala Riva…. un camino sin retorno al encuentro de mucha felicidad!
LG es lo mas! Genio total! Va al hueso. Y como decimos siempre; el que quiera oir, que oiga. La que la critica está en todo su derecho, pero que pena dan tratando de tapar el sol con la mano. No atreverse a verse a si mismo, no hace mas que perpetuar su dolor por generaciones. Que tristeza. A mi LG también me cambio la vida!
Qué curiso!!! Me encanta esta entrada…se me saltan las lagrimas… Aquella entrevista de Onda Cero con Julia Otero tambien supuso un antes y un despues en mi vida…mi estado de conciencia en aquel momento era nulo. Y aquella entrevista hizo un click! De hecho estaba embarazada de mi primer hijo con el que me era incapaz de conectarme… tanto era asi que la vida me «regalo» una apendicitis a las 22 semanas de embarazo y fue durante la recuperacion de esa operacion que me pasaron aquella entrevista… mi amiga mallorquina Marta Sans. Gracias a aquel mes de convalencia pude darme cuenta de que estaba embarazada! y gracias a la entrevista de Laura pude empezar a indagar en mi sombra y en lo que me impedia conectar con lo esencial… Semanas mas tarde, en su libro de la «Maternidad y el encuentro con la propia sombra» me tope con una «extranya» palabra que nunca antes habia visto/escuchado: Doula. Resumiendo muuuucho, ahora, 10 anyos mas tarde, he hecho de esa palabra mi profesion, mi forma de cambiar el mundo… Este anyo empecé con mi BH formalmente y tambien como estudiante en Escuela de Laura tras demasiadas «coincidencias» en el camino… lo estoy disfrutando taaaanto! Mil gracias por tu post y por tu blog! Por hacerme recordar que Laura tambien cambio mi vida.
Desde Bruselas con carinyo!
(sorry por los acentos… este ordenador no me los permite…)
Hola! buscando artículos sobre Laura Gutman llegué a tu blog, y me sentí tan identificada con tu relato ya que en este momento estoy terminando la diplomatura en la universidad en Biografía Humana. Realmente es tan cierto lo que decís sobre, «Una vez que somos conscientes y comenzamos a ver, no podemos dejar de ver». Es fantástico que más mujeres nos atrevamos a descubrirnos, a enfrentar nuestra sombra, es parte nuestra. Es un camino de autoconocimiento muy doloroso, pero transitarlo nos hace más compasivas con nosotras mismas, entender como dice Laura: «hicimos lo que pudimos, con las herramientas que teníamos.» Animarnos a conocer ese lado nuestro es el acto de amor más hermoso que podemos regalarnos y regalarles a nuestros hijos.» Lo más importante es que no estamos solas, somos parte de una gran trama unida por experiencias. Mientras más mujeres descubramos la belleza de la maternidad consciente, tendremos una sociedad más amorosa.
Desde Córdoba Argentina las acompañamos en este transitar.