De vez en cuando escribo historias. Lo hago desde muy pequeña, puede que desde aquel año en el que encontré entre mis regalos de Navidad, La Dama y el Vagabundo, la primera historia de amor que leí en mi vida, y que todavía hoy leo a Sunflower cuando me lo pide.
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Desde entonces he estado arañando horas a la madrugada para conseguir acabar “El último verano de Luz”, una historia ambientada, en palabras de Frederic Chopin, en el lugar más hermoso del mundo, Valldemossa.
Una amiga de la infancia la invita a pasar su último verano en Mallorca. Ella, huyendo de la desesperación y la angustia que le provoca la espera, acepta la propuesta.
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Pero la vida de Luz pronto da un nuevo giro, y en lugar de pasar un verano vacacional y relajado conociendo la isla como se había planteado, se verá obligada a aceptar un trabajo como profesora de inglés en un colegio privado, a las afueras del pueblo.
El curso pasado tuve la oportunidad de visitarlo para una exposición exterior y aunque normalmente está cerrado al público, me regalaron la oportunidad de dar una vuelta y curiosear por sus intrincados pasillos y estancias privadas.
Hasta pude hacer algunas fotos con el móvil, que no son de calidad, pero me sirven para que te hagas una idea.
La historia de Luz se desarrolla entonces en gran parte en un palacio muy parecido a éste, donde un recién nombrado director que quiere cerrar el colegio y ella, que quiere salvarlo a toda costa, comenzarán una apasionada historia de encuentros y desencuentros, pero en la que ninguno de los dos acabará de contar sus secretos.
Tengo muchas ganas de que “El último verano de Luz” viaje por el mundo y espero poder compartirla con vosotros muy pronto en 2015.
Mientras tanto yo sigo trabajando en una nueva historia, la historia de Dom, ambientada, por supuesto, en otro rincón de mi isla.
<<Fijó su vista en la montaña, más allá del pueblo. Aquel lugar despertaba en ella un anhelo lejano que no sabía muy bien cómo definir. Una añoranza, como un sabor a los abrazos maternos. Aunque su madre le había dado muy pocos en realidad… – El último verano de Luz>>
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