Te voy a contar un secreto, uno que podría transformar la manera en que te ves y afrontas los desafíos de tu vida. Y no es otra técnica de moda ni una terapia newage. Es algo mucho más verdadero, profundo y transformador: aprender a conectar y abrazar a tu niña interior, esa parte de ti que aún se maravilla con los colores del atardecer, que siente profundamente, que tiene la fuerza de un aeroplano, pero que también está pendiente de satisfacer sus necesidades no cubiertas y sanar sus heridas.
Poco se habla del profundo impacto en la vida de reconectar y sanar a tu niña interior. En este artículo te llevo de la mano para que tú misma puedas tomar consciencia y comenzar a hacerte cargo de lo que necesita esa parte de ti que, sin que te des cuenta, es la que mueve los hilos de tu vida.
El concepto de niña interior no es simplemente una metáfora. Esta parte de ti es tu núcleo más auténtico, ese que alberga tus necesidades básicas, sentimientos, deseos y experiencias tempranas. Pero también custodia las heridas, los miedos y los traumas que has experimentado durante tu infancia y que, probablemente, has enterrado para protegerte del dolor que activan en ti. Conectar con tu niña interior es abrir la llave para una sanación emocional profunda y un crecimiento personal sin precedentes.
Haciendo un breve recorrido histórico, este concepto psicológico comenzó a gestarse con la psicología analítica de Carl Jung.
Jung, el discípulo de Freud que dio mil vueltas a su maestro, introdujo la idea de que dentro de cada adulto existe una parte eterna, un niño interior que representa el aspecto más auténtico y verdadero de nuestro ser.
Según Jung, este niño interno simboliza las fuerzas de transformación que acompañan nuestras experiencias vitales y constituye la base de nuestra personalidad y nuestras motivaciones inconscientes.
Años más tarde, este concepto fue adoptado y adaptado por otros psicólogos, como Eric Berne, el padre de la terapia transaccional. O Ariane Calvo, con su enfoque en la psicología positiva y el bienestar emocional.
Pero es que desde filosofías ancestrales, como el Ho’oponopono (una antigua práctica espiritual hawaiana), también se aborda la noción del niño interior como parte del proceso de sanación y liberación del alma.
Para los chamanes kahuna es imprescindible hablar y cuidar a nuestro niño interior para liberarnos de las cargas emocionales del pasado y resolver bloqueos y situaciones limitantes del presente.
¿Qué significa sanar a tu niña interior?
Sanar a tu niña interior es el proceso de reconectar con esa versión de ti que vivió las primeras experiencias emocionales, tanto buenas como malas. Es darle un espacio a esas emociones no resueltas, miedos, traumas o carencias afectivas que se quedaron arraigadas en tu subconsciente. En otras palabras, es como permitirte volver a esos momentos para darles un nuevo significado, perdonarte y sanar heridas pasadas.
¿Cómo saber si mi niño interior está dañado?
Es fácil reconocer cuando algo no está bien con tu niño o niña interior. Algunos de los indicios más comunes incluyen:
- Sentir inseguridad o baja autoestima sin una razón aparente.
- Reaccionar de forma exagerada ante situaciones que no lo ameritan.
- Tener un miedo persistente al rechazo o al abandono.
- Experimentar una necesidad constante de validación externa.
- Evitar situaciones que te generen incomodidad, aunque sean necesarias.
Si te identificas con algunos de estos puntos, puede ser que tu niño interior esté pidiendo atención. Escúchalo, no lo ignores.
¿Cómo empezar a sanar mi niña interior?
El primer paso es reconocer su presencia. Dedica un tiempo a ti mismo para observar cómo te sientes y qué emociones del pasado sigues cargando. Una vez que lo hagas:
- Habla con tu niña interior: Puedes hacerlo a través de una carta o incluso frente a un espejo. Dile lo que necesitaba escuchar en esos momentos de dolor.
- Practica la autocompasión: Acepta que lo que viviste no fue tu culpa y que ahora tienes el poder de transformar esas emociones.
- Busca apoyo profesional: Si sientes que es demasiado para gestionarlo solo, no dudes en buscar ayuda de un terapeuta especializado en el tema.
¿Qué decirle a mi niña interior?
Lo más importante es que le transmitas amor, protección y comprensión. Algunas frases que puedes usar incluyen:
«Estoy aquí para ti, ya no estás sola.»
«Mereces ser amada tal como eres.»
«Fue difícil, pero ahora soy tu apoyo incondicional.»
«Te libero de la culpa y el miedo, ya no te pertenecen.»
Recuerda que este proceso no es de un día para otro, pero con dedicación irás sintiendo una paz interna que te permitirá avanzar de forma más libre y auténtica.
Todas las personas necesitamos hacer un trabajo de conexión y sanación de su infancia, pero es realmente imprescindible cuando tenemos alguna de estas dificultades:
- Depresión
- Ansiedad
- Problemas de gestión de las emociones
- Baja autoestima
- Autocrítica
- Autoboicot
- Fobias
- Dificultad en las relaciones (por ejemplo, dependencia emocional)
- Comportamiento pasivo-agresivo
- Traumas de desarrollo
- Abuso infantil de algún tipo (emocional, físico, sexual)
- Trastornos psicosomáticos o de personalidad
Conectar con la niña interior es crucial para nuestro equilibrio emocional y para mejorar la manera en que interactuamos con los demás. Estos son algunos de sus beneficios:
- Mayor equilibrio emocional. Al sintonizarnos con nuestra niña interior, somos capaces de abordar nuestras emociones de manera más efectiva, permitiéndonos afrontar las situaciones no desde la reacción, sino desde una respuesta consciente, con una mayor, confianza, justicia y equilibrio.
- Vivir el presente. La niña interior nos enseña a abrazar cada momento con presencia, viviendo cada instante desde la alegría, como un regalo precioso, cultivando un estado de gratitud. El proceso de vivir con presencia genera una felicidad interna que se irradia hacia el exterior.
- Desplegar la creatividad auténtica. La niña interior activa nuestra capacidad creadora, nos anima a explorar fuera de nuestra zona de confort y a cuestionar los límites impuestos por los programas y condicionamientos.
- Aceptar la vulnerabilidad. Nos permite enfrentarnos a nuestras sombras de manera comprensiva y constructiva, haciéndonos más conscientes de cómo nuestras experiencias pasadas influyen en nuestras relaciones y patrones de comportamiento actuales, sin negar o evitar el dolor.
- Mejores vínculos. Al cultivar una relación sana con nuestra niña interior, transformamos la manera en que establecemos vínculos con los demás. Nos movemos hacia relaciones saludables y auténticas, liberándonos de las dinámicas tóxicas que nos impiden ser auténticas y disfrutar plenamente del presente.
Reconocer y sanar las heridas de tu niña interior no es fácil, pero es necesario para avanzar hacia la vida que deseas. A menudo, estas heridas están tan profundamente arraigadas que se manifiestan en nuestra vida adulta de maneras que ni siquiera reconocemos. Por ejemplo, a través de relaciones tóxicas, baja autoestima o patrones de comportamiento autodestructivos.
La terapeuta Lisa Bourbeau, en su trabajo sobre las heridas del alma, identifica cinco heridas primordiales que suelen originarse en la infancia y que, de no ser atendidas, pueden perpetuar patrones de dolor y conflicto a lo largo de nuestras vidas.
Estas heridas son consecuencia de traumas de desarrollo que todas las personas sufrimos en mayor o menor medida.
Lee la definición de cada herida y escucha si dentro de ti se mueve algo, porque será una señal clara de que hay algo pendiente de sanar todavía.
La herida de rechazo
La herida de rechazo es, quizás, una de las más profundas y difíciles de sanar. Se forma cuando nos sentimos no deseadas por mamá o papá en nuestros primeros años de vida, lo que crea un profundo sentimiento de soledad y desvalorización personal.
Quienes sufren esta herida tienden a esconder su verdadera identidad, adaptándose a lo que creen que será aceptado por los demás, lo cual agota profundamente su energía vital.
La herida de abandono
La herida de abandono implica sentir que mamá o papá no están, lo que crea una carencia emocional o física, generando inseguridad y baja autoestima.
En la vida adulta lleva a desarrollar dependencias y mecanismos de autosabotaje para anestesiar el dolor y buscar seguridad en cosas temporales.
La herida de injusticia
Se forma cuando nos criamos en ambientes restrictivos y autoritarios donde predominan la rigidez, el perfeccionismo o expectativas irrealistas.
Esto puede resultar en una fuerte sensación de injusticia y en el desarrollo de una personalidad muy crítica, tanto hacia nosotras mismas como hacia los demás.
Esto puede llevarnos a tener ciertas dificultades en establecer relaciones saludables, una comunicación rígida y autoritaria, y una tendencia a la ira y la frustración.
La herida de humillación
La humillación implica hacer sentir a alguien avergonzado o menospreciado, o cuando nuestras necesidades emocionales o físicas son ridiculizadas o ignoradas, a menudo manifestándose desde la infancia a través de experiencias de vergüenza por parte de figuras de autoridad.
El resultado es devastador: baja autoestima, evitación y un ciclo de autosabotaje continuo.
La herida de traición
La traición, opuesta a la lealtad, se forma cuando hay una ruptura de la confianza y alguien nos defrauda, especialmente papá o mamá durante los primeros años. Esto instaura un miedo profundo a la traición futura, llevando a comportamientos controladores y una incapacidad para vivir el presente con espontaneidad y disfrute.
He preparado este cuestionario rápido para que puedas descubrir qué arquetipo de tu niña interior necesitas sanar, en función de su herida principal.
Al completarlo, recibirás de forma inmediata y gratuita:
- Un informe descargable con el resultado.
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QUIERO HACER EL TEST DE LA NIÑA INTERIOR
Sanar estas heridas de la niña interior implica un profundo trabajo de autoconocimiento, compasión y aceptación que requiere valentía, pero que nos lleva hacia un viaje de liberación emocional y transformación personal fascinante, liberándonos de patrones y condicionamientos destructivos, y encontrando paz y plenitud en la vida.
Para ello, primero de todo, es preciso reconocer la presencia de estas heridas en nuestra vida, comprender cómo han moldeado nuestras reacciones y nuestros comportamientos, y entonces aprender a abrazar y sanar a nuestra niña interior con amor incondicional.
Tras más de quince años acompañando a pacientes en consulta y alumnas en mis experiencias formativas de desarrollo personal, he creado un método holístico probado y que funciona para sanar a la niña interior.
Son siete pasos mágicos y poderosos para alcanzar un estado de ser más integrado y en armonía y se organizan alrededor de la palabra HACKEAR.
Estos son los siete pasos:
H / Honra tu niña interior
Comienza por reconocer y honrar a tu niña interior.
Este paso implica identificar y valorar esa parte esencial y pura de ti, reconociendo su existencia y la importancia que tiene en tu vida adulta. Es un acto de reconocimiento que sienta las bases para una relación sanadora.
A / Acoge el dolor y acepta las heridas
El segundo paso te lleva a acoger el dolor, aceptar las carencias y heridas que tu niña interior experimentó.
Este proceso de aceptación es vital para iniciar la sanación, permitiéndote validar tus experiencias pasadas sin juicio y desde el amor.
C / Crea una nueva relación con tus emociones
Este paso te permite forjar una nueva relación con tus emociones, viéndolas como aliadas en tu proceso de sanación.
En lugar de evitarlas o reprimirlas, debes acogerlas y entenderlas como mensajeras de aquellas necesidades no satisfechas o heridas no sanadas.
K / Kambia y reprograma el pasado
Aunque no podemos cambiar los eventos del pasado, sí podemos alterar la manera en que estos nos afectan en el presente.
Este paso crucial implica cambiar nuestra narrativa interna sobre esos eventos, reprogramando nuestras respuestas emocionales y memorias del pasado para liberarnos de esos patrones destructivos que nos están condicionando.
E / Expiación
La expiación se refiere al proceso de liberarte de la culpa y el resentimiento, tanto hacia ti mismo como hacia los demás, especialmente tu madre y tu padre.
Implica un perdón profundo y la liberación de emociones tóxicas que pueden haber estado vinculadas a las experiencias de tu niña interior, permitiéndote sanar desde un lugar de compasión y comprensión profunda.
A / Automaternaje
Este paso, quizá el más importante de todos, requiere desarrollar el amor propio a través de prácticas esenciales para nutrir a tu niña interior.
El automaternaje implica cuidarte a ti misma de la manera que hubieras querido ser cuidada en tu infancia, satisfaciendo tus necesidades emocionales y físicas con ternura y atención.
¿Cómo se logra esto?
Por ejemplo a través del diálogo interno amoroso. Una de las prácticas que recomiendo es, cada día, hablar con tu niña interior y decirle todo aquello que necesitaste escuchar.
Para que empieces a hacerlo ahora mismo, te dejo aquí:
10 frases esenciales que deberías decirle cada día a tu niña interior
Imagina que puedes sentarte junto a tu niña interior, mirarla a los ojos y hablarle directamente. ¿Qué le dirías?
Aquí te dejo diez frases esenciales que deberías decirle cada día:
- Te amo y estoy aquí para protegerte.
- Eres digna de amor y felicidad.
- Tus emociones son válidas e importantes.
- Es seguro expresar tus verdaderos sentimientos.
- Perdono nuestro pasado y abrazo nuestro futuro con esperanza.
- Confío en ti y en tu increíble fuerza.
- Tienes la libertad de ser auténticamente tú.
- Estoy agradecida por la alegría que traes a mi vida.
- Juntas podemos afrontar cualquier cosa.
- Mereces paz, amor, abundancia y juntas lo lograremos.
R / Renueva y eleva tu frecuencia
Finalmente, renovar y elevar tu frecuencia energética es una necesidad para vivir de manera más consciente y elevada.
Se trata de integrar prácticas en tu estilo de vida que te conecten con la presencia, la alegría, la gratitud y el amor, elevando tu energía y alineándote con tu esencia y propósito de vida.
Prácticas como, por ejemplo, la meditación.
Como ves, el método HACKEAR no solo te guía a través de un proceso de sanación personal profundo, sino que también te equipa con herramientas para reprogramar tu vida hacia ese futuro que deseas.
Al aplicar estos siete pasos, te embarcas en un viaje transformador que desata tu potencial y te lleva hacia una vida más plena, libre y auténtica.
Mi interior alberga ira: ¿cómo identificarla y gestionarla?
Si alguna vez te has sorprendido pensando «mi interior alberga ira», es posible que estés lidiando con una emoción poderosa y difícil de manejar. La ira, cuando se queda atrapada dentro de nosotros, puede afectar nuestras relaciones, nuestra salud y hasta nuestra forma de ver el mundo. Pero, ¿qué es exactamente esa ira interior y cómo podemos trabajarla?
¿Qué es la ira interior?
La ira interior es esa furia que no expresamos abiertamente pero que permanece dentro, acumulándose con el tiempo. Este tipo de enojo no suele manifestarse con explosiones visibles, sino que permanece latente. Puede ser resultado de frustraciones no resueltas, traumas pasados o situaciones donde te sentiste impotente. A diferencia de una rabia momentánea, la ira interior puede perdurar durante años si no se trata adecuadamente.
¿Cómo sacar el odio que llevo dentro?
El primer paso para liberar esa ira acumulada es identificar su origen. Pregúntate: ¿cuándo empezaste a sentir este odio o rencor? A menudo, está ligado a experiencias que no hemos podido superar. Practicar técnicas de respiración profunda, escribir un diario o hablar con un terapeuta pueden ser maneras eficaces de sacar ese odio. Expresar tus sentimientos en un entorno seguro y sin juicios es clave para liberarte de esa carga emocional.
¿Por qué siento tanto odio y rencor?
El odio y el rencor suelen ser respuestas a situaciones donde nos sentimos heridos, traicionados o ignorados. Si alguien ha violado tu confianza o no ha cumplido con tus expectativas, es normal sentir rabia. El problema surge cuando esa emoción se queda estancada, creando un ciclo de resentimiento. En muchas ocasiones, este tipo de sentimientos vienen de expectativas no cumplidas o heridas del pasado que no hemos logrado sanar.
¿Cómo actúa una persona resentida?
Una persona resentida tiende a actuar de forma distante o pasivo-agresiva. Aunque por fuera parezca calmada, por dentro puede estar lidiando con una tormenta emocional. El resentimiento se manifiesta en comentarios sarcásticos, conductas de evasión o actitudes de autosabotaje. A menudo, quien alberga ira interior evita confrontaciones directas, pero su malestar se refleja en pequeñas actitudes que afectan sus relaciones y su bienestar general.
Consejo: Reconocer y aceptar la ira es el primer paso para liberarla. Buscar ayuda profesional o apoyarse en actividades como la meditación o el deporte pueden ser formas saludables de canalizarla.
¿Quieres que te guíe en este viaje de sanación de tu niña interior?
Acabo de publicar con la editorial Oberon un libro en el que desarrollo en profundidad el método HACKEAR. Se llama El poder de sanar tu infancia.
Puedes verlo aquí.