Por Esther Zarrias – Soñando una escuela.
Fomentar la autonomía es un trabajo clave que debemos promover desde los primeros años vida.
Darles a los niños pequeñas responsabilidades adaptadas a su edad, hará que se sientan más seguros y capaces y esto repercutirá de manera positiva en su autoestima y en la consciencia de sus propias posibilidades.
Un niño dependiente por el contrario necesitará siempre de una persona adulta para asumir pequeños riesgos y eso influirá en la manera de relacionarse con los demás y en su propia percepción de lo que es capaz.
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ToggleEl papel de la Autorregulación
En cuanto a la autorregulación hace referencia a la capacidad de regularnos, de modelar nuestra conducta ante determinadas situaciones.
Como adultos hemos de ser capaces de autorregularnos respondiendo a unas normas establecidas sociales y/o culturales.
¿Cuántos adultos vemos a diario que no son capaces de mantener la calma, controlar sus enfados o gestionar su frustración de manera adecuada?
No quiero decir que no esté bien sentir enfado o frustración sino que hay que desarrollar habilidades para saber gestionarlo.
¿Y cómo se aprende a ser autónomo y tener capacidad de autorregulación?
- Sabemos que una potente fuente de aprendizaje para los niños es la imitación, así que favorecer un modelo adulto adecuado facilitará que el niño lo integre.
- Otra forma es practicando y favoreciendo oportunidades para ir trabajando estas habilidades.
Nadie nace siendo autónomo y con control de impulsos, así que debemos favorecer múltiples posibilidades para que los niños puedan entrenarse y desarrollar una buena base que con los años irá puliendo.
Una propuesta: El Buffet del Almuerzo
Os voy a hablar de una práctica que llevamos a cabo en la escuela desde hace un par de años y que favorece el entrenamiento de estas capacidades: el buffet del almuerzo.
Para almorzar los niños pueden traer su fiambrera de casa o pueden participar del almuerzo tipo buffet.
¿Qué es lo que hace que esta práctica sea tan valiosa?
Son muchos los beneficios pero os destaco los 5 más importantes.
(1) Fomenta el Autocuidado
La comida que se ofrece es ecológica y siempre que sea posible de proximidad, con lo cual estamos inculcando unos valores de cuidado hacia la alimentación y hacia uno mismo muy importantes.
(2) Alimentación saludable
La comida es muy variada y en función del día es diferente: fruta, frutos secos, fruta deshidratada, pan, cereales, yogur, queso, bebida vegetal de avena, embutidos, hortalizas, patés, mermeladas, mantequilla, aceite…
En el taller de cocina se hacen elaboraciones que también acompañan el almuerzo de ese día. Los huevos que recogemos de las gallinas o los alimentos del huerto también forman parte de los productos que utilizamos, con ello los niños son capaces de observar el ciclo completo de un alimento desde que lo recogen.
(3) El orden interno se desarrolla a través del orden externo
Todos los productos se encuentran bien colocados, ordenados y de manera atractiva, de manera que invita a que los niños lo cojan (pinchitos de fruta, bandejas de dos pisos, tarteras…) y devuelvan cada utensilio a su sitio, favoreciendo el desarrollo de habilidades espaciales y promoviendo la seguridad y confianza en uno mismo.
(4) Trabajan habilidades propias de las funciones ejecutivas
El control de impulsos («¡Cuánta comida rica, me la pongo toda!»), la toma de decisiones («Hoy voy a almorzar cereales y pan con queso») y la elaboración de un plan y una estrategia para llevarlo a cabo («Primero he de coger un bol, un plato y una cucharilla, después…»).
¿Sabíais que el trabajo de estas capacidades favorece un mejor rendimiento académico?
Los primeros días que pusimos en práctica este buffet los niños llenaban sus platos de comida. Cuando hay exceso de comida en el plato y no pueden comérsela se les invita a reflexionar sobre la importancia de no tirar comida y que pueden levantarse a por más comida tantas veces como sea necesario, por ello mejor coger poco o lo justo y si se quiere más volver a levantarse. Poco a poco los niños empezaron a regular y a conectar con la cantidad justa de comida que les era necesaria.
(5) Los niños se sirven solos favoreciendo la coordinación motriz y óculo manual
Se vierten la leche, se ponen la mantequilla, se añaden cereales en el bol, se ponen aceite sobre el pan… A principio de curso cuando los más pequeños se están adaptando y las familias les acompañan, muchas de ellas se sorprendían al ver sus hijos haciendo cosas de las que no les creían capaces…
Esto también lo hacemos con el agua. Cada niño tiene un vaso en el comedor y cuando tienen sed acuden al comedor, se sirven agua de la jarra y devuelven el vaso a su lugar de origen.
Espero como siempre vuestro feedback que me ayuda a mejorar y acercarme a aquello que más os interesa. ¡Hasta el próximo mes!
Anna dice
Muchas gracias! Me encanta que nos cuentes cosas bonitas y esperanzadoras de un cambio…
Esther dice
Muchas gracias Anna!
Marta dice
Que maravilla de propuesta, creo en esa autorregulación de nuestros hijos 🤗
Esa escuela está en Mallorca?