Ya seas madre, maestra/o o docente, si acompañas niños/as en edad escolar, es probable que alguna vez te hayas planteado estas cuestiones:
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- ¿Cómo saber si está preparado/a para la lectoescritura y las matemáticas?
- ¿Cómo ayudarle a estar preparado/a?
- ¿Cómo prevenir los problemas de aprendizaje?
- ¿Cómo tratar los problemas de aprendizaje cuando ya se están detectando?
La respuesta es sencilla, respetando las bases de aprendizaje previas y necesarias.
La neurociencia ya ha sido muy clara con esto.
Solo cuando los niños/as han adquirido unos pre-requisitos de maduración suficientes es cuando pueden aprender a leer y a escribir y realizar otros aprendizajes importantes.
Además si respetamos estos aspectos y los reforzamos, prácticamente serán capaces de lograr todos esos aprendizajes (leer y escribir, operar con números…) por sí mismos. ¡No necesitarán apenas nada y lo harán a una gran velocidad! Y eso es lo esperable.
¿Y cuáles son esos pre-requisitos?
Por una parte hay toda una serie de factores físicos y de desarrollo corporal que son importantísimos conocer, respetar y estimular:
- Motricidad fina
- Coordinación visomotora
- Orientación espacial
- Lateralidad y dominancia definida
- Superación de reflejos primitivos…
Y por otra parte, requisitos emocionales y cognitivos: autoestima, autoconfianza, concentración, atención, capacidad de generar imágenes internas,…
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Pero la realidad es que estas bases de aprendizaje tan importantes no se respetan en muchos casos, porque no se conocen.
Año tras año observo cómo en muchas aulas se les exige a los niños/as pequeños que aprendan la lectoescritura y las operaciones aritméticas cuanto antes.
¿En cuántas aulas de 3 años habré visto que ya se les empieza a requerir que reconozcan las letras de su nombre escrito y que aprendan a deletrear sus sonidos?
Y claro luego llegan a primero de primaria, y se les exige como mínimo lectura comprensiva y escritura analítica, y entonces empiezan a llegar los problemas, las dificultades de aprendizaje y los dictámenes con diagnósticos que ya todos conocemos hoy en día (déficit de atención, hiperactividad, dislexia,…).
Pero muchas veces cuando le comento a la maestra o educadora: «¿Pero te has fijado que este niño/a no es capaz todavía de cruzar la línea media? ¿O has visto que cuando escribe, hace mucha fuerza con el lápiz, o a veces levanta un brazo sin darse cuenta?»
Entonces les hablo de la lateralidad, de los reflejos primitivos retenidos,… que son aspectos que podemos trabajar y mejorar antes de insistir en que lean o escriban más fichas de refuerzo, y me miran con una cara de asombro como diciendo ¿pero qué me estás contando? ¡Yo no sabía nada de esto!
Christopher Clouder explica el por qué sucede esto muy bien en la entrevista que preparamos antes de Navidad (y que muy pronto publicaré porque ya tenemos los subtítulos traducidos), pero es una realidad aplastante, la mayoría de docentes sabemos mucho de didáctica pero fallamos en lo fundamental, en conocer bien el desarrollo infantil y en cómo respetar las bases del aprendizaje que son necesarias para el éxito escolar.
¡Y esto es imprescindible!
Porque si exigimos a nuestros niños/as aprendizajes cognitivos antes de que estén verdaderamente preparados para ello, sin tener en cuenta sus procesos de desarrollo, lo único que hacemos es fomentar el fracaso escolar de nuestros niños/as, y de todo el sistema educativo.
Aprender antes no significa que sea mejor, todo lo contrario
Además, está más que contrastado que aprender a leer y escribir a una edad temprana (algunos con 4 años) no correlaciona en ningún caso con ser más tarde lectores más competentes o conseguir mejores resultados académicos. Un ejemplo similar para entender el por qué podría ser el de caminar; aunque haya niños/as que caminen a los 9 meses, no significa que después de mayores caminen mejor que los que empezaron a dar sus primeros pasos a los 17 meses.
Cuando introducimos los aprendizajes intelectuales y cognitivos a muy temprana edad (¡este año estoy viendo cómo se les exigen conocimientos matemáticos a niños de 2 años!) en muchísimos casos lo que sucede es que los niños/as se desmotivan, se frustran, se sienten incapaces…
Algunos no quieren ir al colegio (la fobia escolar existe), otros se bloquean, pierden totalmente el interés por lo académico y a la larga esto genera problemas de autoestima, desconexión y desvitalización. Algo que se observa con rotundidad, y que yo misma he podido comprobar varios años, en los primeros cursos de educación secundaria.
Como profesional de la educación, para mí no hay nada más desalentador y triste en secundaria que ver cómo nuestros jóvenes, que deberían irradiar entusiasmo puro y derrochar muchas ganas de comerse el mundo, se convierten en auténticos absentistas presenciales (van a clase por obligación pero sin ningún interés de aprender nada), y en gran parte porque se les ha estado presionando y exigiendo durante años para adquirir unos aprendizajes intelectuales sin haber respetado su ritmo de desarrollo.
El fracaso escolar empieza en no respetar el desarrollo de las bases de aprendizaje necesarias
Es una realidad que cada vez hay más niños con dificultades de aprendizaje. El fracaso escolar parece más frecuente que nunca. Todos lo sabemos.
Además los listados de niños/as NESE (con necesidades específicas de apoyo educativo) en las aulas son cada año más y más numerosos. TDA, TDAH, Dislexia, Discalculia, trastorno de integración sensorial,… son tantos los dictámenes y los diagnósticos que se van sumando.
Y sin embargo, como dice Tamara Chubarovsky; En muchos casos son niños estresados, bloqueados, agobiados, aturdidos por un exceso de estímulos que eran incapaces de integrar. Niños rendidos. Niños muy pequeños que ya estaban convencidos de que no eran capaces. Niños que se forzaban muchísimo y no podían «dar la talla».
Pero podemos cambiar esto.
Si entendemos bien cuáles son las bases más importantes del aprendizaje, podemos ayudarles a desarrollar las habilidades que les permitirían aprender mejor, de forma más fácil y divertida para ellos.
¿Quieres saber cómo lograrlo?
Primero de todo tienes que aprender cuándo un niño/a está preparado y ha adquirido las habilidades necesarias. Conocer cómo valorarlo y después cómo ayudarle a lograrlo.
Esto yo lo he incorporado a lo largo de muchos años de formación, de lecturas, de investigación, de práctica en el aula y en gabinete, pero ahora puedes hacerlo de una manera mucho más fácil y rápida que yo, con el nuevo curso online de Bases para el éxito en el aprendizaje de Tamara Chubarovsky.
Tamara Chubarovsky
Pedagoga Waldorf y terapeuta del lenguaje de base antroposófica (Arte de la Palabra), especializada en crecimiento personal a través de la voz y en el desarrollo sensomotor y del lenguaje en la infancia.
Este curso puede cambiar la vida de tus alumnos/as (o de tus hijos)
Es hora de cambiar la visión y abordar los problemas de aprendizaje infantil desde las verdaderas causas subyacentes.
Te he hablado de Tamara Chubarovsky y de su trabajo decenas de veces en el blog, de lo mucho que la admiro y de lo mucho que he aprendido con ella. Aplico completamente en mi trabajo (sea cual sea la etapa educativa en la que esté trabajando) su método de rimas con movimiento, de trabajo con la voz… y cada día estoy más maravillada con los buenos resultados que obtengo y la alta motivación de mis alumnos/as.
Este curso es una joya y estoy tan convencida de ello que yo misma me he ofrecido para ayudar a Tamara a darle mayor visibilidad, porque sé el gran beneficio que puede aportar en muchos/as profesionales de la educación.
¿Qué puedes aprender en el curso Bases para el éxito en el Aprendizaje?
Es un curso muy completo en el que aprenderás:
- Cada uno de los hitos que son necesarios conocer y acompañar: el sentido del tacto, el sentido vestibular, los reflejos, la lateralidad…
- Todas las herramientas y sistemas de detección para acompañarles a tiempo en sus problemas de desarrollo.
- Su método para hacer sesiones completas de diagnóstico y de intervención. Si empiezas a aplicar esto creerás que estás haciendo magia.
Como te decía es un curso único, accesible, y tan útil que es oro puro. Además no encontrarás algo similar ahora mismo en ninguna plataforma.
Ya seas maestra, madre o terapeuta puede serte de muchísima ayuda.
Es un curso que Tamara realiza con una única convocatoria anual y que cuenta con su soporte.
Tiene una duración de 8 semanas y los módulos se van haciendo cada quince días.
Pero tiene un pero, y es que empieza en muy pocos días y SOLO puedes inscribirte hasta el 27 de febrero.
Puedo asegurarte que el valor de este curso es muy poco en comparación con el gran beneficio que vas a obtener de él, y hará que te sientas mucho más realizada en tu trabajo docente.
¡Hazlo ahora o tendrás que esperar hasta el año que viene!
RECUERDA QUE SOLO TIENES HASTA EL 27 DE FEBRERO PARA INSCRIBIRTE.
Y el 28 de febrero EMPIEZA el que para mí es el curso imprescindible que toda persona que se dedique a la educación debería hacer, porque va a lo realmente importante.
Puedes ver toda la información del curso aquí.
¿Conoces el trabajo de Tamara Chubarovsky? ¿Conoces la pedagogía Waldorf? ¿Te interesa ayudar a tus alumnos/as a mejorar sus procesos de aprendizaje? ¡Me encantará leerte en los comentarios!
Hasta los 6 años más que enseñar nuestra función es facilitar aprendizajes.
Tamara Chubarovsky Tweet
Marcela dice
Gracias por lo compartido fue de gran ayuda.
Cecilia dice
Y qué se hace con un niño que desde los 3 años pregunta y quiere aprender a escribir y copia las palabras y quiere saber y se aprende el abecedario por su cuenta y quiere saber cada vez más y más?
Silvia dice
Tengo casi la misma pregunta que Cecilia!
Adriana dice
La capacidad de imitación de los niños pequeños es impresionante y es la razón por la cual tienen siempre ganas de hacer y aprender como lo hacen quienes están a su alrededor. Si un niño quiere lápiz y papel hay que dárselos y que satisfagan sus deseos y curiosidad. Otra cosa es iniciarlos prematuramente al aprendizaje formal.